El Origen del Símbolo Nacional
Jorge Carballo, es la persona responsable detrás de la idea de declarar al perezoso como un nuevo símbolo nacional para Costa Rica. En esta entrevista vamos a conocer cómo fue el proceso de este importante hito para los perezosos del país centroamericano.
Jorge nació en Limón, pero vivió hasta sus 19 años en Guápiles. Vivió casi 11 años en Buenos Aires, Argentina, donde fue a estudiar Comunicación. Fue justamente en el país sudamericano dónde surgió la idea.
¿De dónde viene tu amor por la naturaleza y los perezosos?
Creo que es producto del ambiente en el que uno se crió. Desde la cercanía a los espacios boscosos que tuve toda mi infancia, los contenidos en la escuela, la idiosincrasia del país está enteramente cargada con el aspecto ambiental. La convivencia con la naturaleza, el cuidado, forma parte del imaginario del costarricense.
Tal vez esa semilla no crezca con la misma fuerza en todos, pero esa semilla está. Y con los perezosos el vínculo se sostiene por las características que ellos tienen: no son agresivos, son muy bonitos, parece que están sonriendo, y pasan durmiendo muchas horas. Son animales muy nobles. Y su lentitud los hace muy chistosos. Es muy difícil no tener simpatía por ellos. Siempre estuvieron ahí, «en el monte», y como yo estaba en contacto con esos espacios, no era rara la ocasión en que veía uno.
¿Cómo surgió la idea del perezoso como símbolo nacional?
La idea nace a partir de un tweet que leí. Decía que el perezoso tenía que ser símbolo nacional, como un chiste. Luego compartí ese tweet con un par de personas. Eso generó conversación, preguntas, algo de investigación. Poco a poco la idea iba haciéndose cada vez más concreta, más sólida.
Le comenté esta oportunidad a la diputada Yorleny León, a quien conozco hace más de 10 años, y ella me dijo que podía contar con su apoyo. Luego de mucho trabajo y por fin tomar el proyecto como realmente algo serio, terminó en ley nacional. Increíble. Todavía no me lo creo. Por suerte estuve rodeado de personas que trabajaron conmigo, que sumaron su esfuerzo y ganas para que esto saliera adelante. Definitivamente no lo hubiera logrado solo.
¿Cómo fue el proceso para redactar el proyecto?
Fue un reto, definitivamente. Uno muy lindo. Si bien contaba con algo de experiencia en investigación y redacción por mi trabajo, nunca había hecho algo legal – legislativo. Pero por suerte estuve rodeado de personas que pudieron llegar ahí donde mis conocimientos no podían, y me ofrecieron su total colaboración como si este proyecto también fuera de ellos, como si fuera de todos.
Fue un espacio de mucho aprendizaje sobre el animal, y también de sorpresas y buenos momentos al conocer cuánto querían a los perezosos en el mundo. No todos los días tenemos la oportunidad de trabajar con algo tan bonito e interesante. Y tal vez eso hizo que fuera más fácil el sentarse los fines de semana a trabajar en el proyecto: buscar información, redactar, estructurar, revisar, volver a redactar, buscar más información, revisar, y así varias veces.
También contaba con el equipo de Yorleny y eso me daba cierta tranquilidad. No estuve solo, no trabajé solo. Tuve muchas ventajas, muchos factores que trabajaron a mi favor, pero creo que lo que realmente hizo la diferencia fue la seriedad con la que al final fue tomado el proyecto. Esa fue la clave. Pasar de un deseo a un trabajo concreto que hoy es una ley nacional. Y eso verdaderamente es un lujo. Me siento muy feliz de haber participado en esto.
¿Por qué es importante declarar al perezosos como símbolo nacional?
Más allá de que es un animal muy bonito, la decisión fue más estratégica que antojadiza. El contexto en el que se presentó el proyecto fue muy favorable para conseguir su aprobación. El perezoso goza hoy con un nivel de aceptación y publicidad que ningún otro animal del país tiene. Y eso sucede dentro y fuera del país.
El animal fue asociado a Costa Rica en el imaginario de la gente, a pesar de que existe también en otros países. Los memes, las películas, el envase de los productos, las camisetas que se llevan los turistas, las tiras cómicas de los periódicos, en fin, el perezoso está en todos lados. Teníamos que hacer algo. Es decir, Costa Rica tenía que aprovechar esta oportunidad. Y así fue que comenzó a pensarse esta idea: el proyecto tenía que aglutinar una cantidad de factores positivos que sucedían en simultáneo, para lograr cosas muy buenas.
Y buenas no sólo para el perezoso. Buenas para otros animales, buenas para el espacio que habita, buenas para el turismo nacional, para la educación ambiental de los niños en las escuelas, para los choferes del país, para los científicos, para el mundo. Porque no sólo ponemos en resguardo al perezoso, sino que dejamos un precedente para replicarse en otros lugares, una experiencia abierta a ser mejorada, una semillita que puede seguir creciendo.
¿Cómo imaginás que esta declaratoria va a beneficiar a la conservación de los perezosos (y de la fauna en general)?
Visualizo dos grandes grupos de beneficios. El primero, más abstracto, sería el lugar privilegiado que reafirma el perezoso en el imaginario de la gente. Ahora los niños van a aprender más de él en las escuelas, la gente grande los verá con más respeto. Ya no pasará desapercibido nunca más. No recuerdo que algún otro animal haya recibido tanta prensa positiva en el país. Eso es un montón. Hay personas que no saben que existen los perezosos.
Hay personas que no saben que existen en Costa Rica. Hay personas que no saben que eso que pensaban que era una hoja o un nido en el árbol detrás de sus casas es un perezoso. Se posicionó. Hoy con su carita nos dice, aquí estoy yo y ahora todos lo saben. Eso es lindo.
Y el segundo grupo serían los beneficios más concretos. Me refiero a los que involucran órganos estatales como el MINAE, MOPT, ICE y sus acciones específicas como puede ser resguardar o ampliar zonas de hábitat, colocar pasos seguros de faunas en las carreteras, mejorar el cableado eléctrico público para evitar electrocuciones, por sólo mencionar los más sencillos y de impacto inmediato. En resumen, espero mejores condiciones de vida para el perezoso, y con esto, como consecuencia, de muchos otros animales que también se van a ver beneficiados.
¿Cuál es tu especie preferida de perezoso? ¿Por qué?
Es una pregunta difícil. Pero tengo mis preferidos. A nivel nacional, el perezoso de tres dedos (Bradypus variegatus) es mi favorito. Su cara, la forma de su nariz y las líneas negras que tiene en los ojos me gustan mucho. Además que me gusta más el pelo.
Y a nivel internacional me encanta el pigmeo (Bradypus pygmaeus) que hay en Panamá. Es como uno de dos dedos en versión mini. Vive en una isla, es endémico, pequeño, es casi como un personaje de una leyenda. Desgraciadamente está en peligro de extinción. Tal vez el siguiente proyecto sea sobre este perezoso pigmeo.
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¿Cuál es el dato que más te gusta acerca de los perezosos?
Me llama muchísimo la atención lo pudorosos que son a la hora de defecar. Digo pudorosos pero puede haber una razón más primaria, más biológica y menos «cultural» o social, pero es muy chistoso que se tomen el trabajo para bajar, hacer su agujerito y luego de hacer lo suyo, taparlo.
Es una actividad de riesgo porque pueden morir al exponerse a depredadores que los puedan alcanzar. Es casi un sin sentido. Pero creo que más allá de lo chistoso que pueda ser este dato, me gusta también porque no existe todavía una idea sólida de por qué lo hacen. Ese misterio me parece poderoso. Porque nos lleva a pensar que a pesar de todos los avances, de todas las investigaciones y científicos que han habido, todavía hay cosas por descubrir, cosas por hacer.
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